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El Litoral Costero del Suroeste también es para disfrutarlo
Refugio de vida silvestre, Iris L. Alameda Martínez.  / Foto por: Efra Figueroa

Los municipios de Cabo Rojo y de Lajas, en el suroeste de nuestra isla, forman un corredor litoral de ambientes costeros que provee oportunidades recreativas para el disfrute de nuestra sociedad.
El valor de estas áreas está basado en la diversidad de hábitats, los accesos al mar y los espacios abiertos, los que son cada vez más difíciles de encontrar en Puerto Rico. Las actividades recreativas, que alimentan nuestra calidad de vida, incluyen visitar las playas, el disfrutar de pescados y de mariscos frescos, las actividades náuticas, las visitas a los cayos y las islas cercanas, y los paseos en bicicleta o en auto con vistas panorámicas acentuadas por atardeceres espectaculares.

En estos dos municipios se halla la zona contigua más grande de áreas naturales protegidas de toda la Isla. Éstas se componen de balnearios, de reservas naturales, de refugios de vida silvestre y de propiedades de conservación en la costa y en el mar, que limitan el tipo de desarrollo que se puede llevar a cabo en estas áreas. La designación de estas áreas protegidas tiene como fin la conservación, el uso público y el proveer un ambiente natural que, a su vez, es la base de un importante sector de turismo.

Algunas de estas áreas cuentan con instalaciones para llevar a cabo diversas actividades recreativas y turísticas basadas en la calidad de los recursos costeros que forman este corredor litoral.
En el municipio de Lajas se encuentra la Reserva Natural de La Parguera, en el 100% de su costa, y se extiende desde la Bahía Montalva, que colinda con el municipio de Guánica, hasta la Pitahaya, la cual colinda con Cabo Rojo en el oeste. En el extremo oeste, la reserva limita con otra área protegida conocida como la Reserva Natural del Bosque Estatal de Boquerón, que se extiende desde La Parguera hasta el sur de la Playa del Combate.

Este litoral posee una serie de hábitats costeros que propician su disfrute. Los cayos de La Parguera son atractivos para múltiples actividades, tales como la navegación, la pesca, el buceo y el snorkeling, al igual que varios deportes extremos como el windsurf y el kite-surf que aprovechan los fuertes vientos. Los manglares que se extienden desde Joyuda, en Cabo Rojo, hasta Playa Santa, en Guánica, son parte del Bosque Estatal de Boquerón y proveen una experiencia refrescante para los que disfrutan del contacto con la naturaleza. En noches oscuras, estos manglares ofrecen la oportunidad de disfrutar de la maravilla natural de la bioluminiscencia, que se manifiesta en la Bahía Fosforescente, como se le conoce popularmente.

Hacia el extremo oeste de este corredor, y con vista al Canal de la Mona, varias playas ofrecen un lugar tranquilo para bañistas, desde hitos históricos tales como el Faro y las Salinas de Cabo Rojo. La parte terrestre de esta costa cuenta con varios caminos, con vista panorámica, y carreteras para paseos. Los caminos de bicicletas por las fincas, las reservas y los refugios se han convertido en un medio popular de actividad recreativa y a veces en deporte extremo.

Los ambientes marinos de este corredor, en efecto, ostentan un recurso pesquero productivo que alimenta -literalmente- a las comunidades costeras y a los miles de visitantes que pueden disfrutar de mariscos y de pescados frescos.  El aspecto más importante de este corredor litoral es la diversidad y la salud de ambientes costeros y marinos con acceso para la sociedad. Las áreas protegidas y las vistas panorámicas proveen un acceso, en muchas ocasiones gratuitos, para el disfrute de todos los sectores sociales. La presencia de este corredor litoral reduce la necesidad de crear “ventanas al mar” como la de Condado y permite un contacto directo entre la sociedad y nuestro ambiente costero cuyos elementos se hacen únicos en el Caribe.

Por Michelle Schärer

Más en la edición #8 de alterNativo©.