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Lajas: La ruta recorrida
Camino El Fósforo, en el sector más rural de la PR 304, en Lajas. / Foto por: Fernando Silva

Fernando Silva

Manejando desde la PR 2, tome la salida hacia Guánica en la intersección con la PR 116 en dirección oeste, pase la entrada del pueblo de Guánica y al llegar a la intersección con la PR 323 vire a la izquierda, hacia el sector costero Salinas Fortuna y El Papayo, dos comunidades originalmente establecidas por pescadores y obreros que trabajaban las salinas de donde se extraía sal del agua del mar. Se pueden observar las ruinas y remanentes de las piscinas o corrales de agua, utilizadas desde el siglo XIX para ese propósito.

Al llegar al final, doble a la derecha (oeste) en la PR 324 hasta el final. Al final, doble a la izquierda (sur) en la PR 304 en dirección al poblado de La Parguera. A pocos minutos está la primera calle a la izquierda, justo antes del poblado, se llama Ave. Pedro Albizu Campos. Esta carretera, construida originalmente como ruta escénica, sube hasta una altura donde domina una vista espectacular del poblado de La Parguera y de la costa de Lajas, de su archipiélago de cayos e islotes, bahías, canales y acantilados. La vista se extiende por el este hasta el pueblo vecino de Guánica y por el oeste hasta Cabo Rojo.

Siga hasta el final de la Ave. Albizu Campos y doble a la derecha en la Calle 7, luego en la segunda, a la izquierda, Calle 6, hasta llegar al parque de pelota de la comunidad. Allí a la izquierda, en la Ave. Angel Luis López que atraviesa el poblado de La Parguera paralelo a la costa. Más adelante se convierte en la PR 304, pero siga derecho, manténgase a la derecha y vea como va dejando atrás la costa, mientras atraviesa un tramo corto por una zona residencial de casas de veraneo; pronto y comenzará a ver un hermoso paisaje de suaves colinas de pastos y pequeños bolsillos de bosques.

Al fondo, mirando hacia el norte, se aprecia la majestuosa Cordillera Central. Este sector más rural de la PR 304 se conoce como el camino o sector El Fósforo y desemboca en la PR 303. En la intersección, continúe hacia delante hasta el final, pasando por las instalaciones de la vaquería de la Estación Experimental Agrícola de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Allí estudiantes de agronomía practican e investigan sobre materias relacionadas. En días de semana puede detenerse para entrar y conocer más sobre esta peculiar aula universitaria y sobre el proceso y procedencia de la leche fresca.

Al final se encuentra con la PR 101 a la izquierda. Justo en este punto veo de frente los terrenos de la Estación Experimental Agrícola de la UPR, a mi derecha se observa el puesto rodante de venta de piñas. Don José lleva décadas allí vendiendo la famosa y exquisita piña cabezona, una variedad que se cultiva casi exclusivamente en esta región.

Poco después se ve la intersección que forma la famosa “curva de Erasmo”. Gire a la derecha y la carretera le conduce directamente hasta el centro urbano de Lajas. El trayecto es una maravilla, por sus negocios, casitas antiguas de campo, lechoneras y tramos totalmente bajo la sombra de los árboles. Ya llegó al centro del Pueblo donde puede disfrutar un paseo por la plaza, en los alrededores, y la hermosa iglesia Nuestra Señora de la Candelaria.

Para continuar el circuito, salgo del centro de pueblo tomando la PR 315 hasta la PR 316. Esta ruta atraviesa el Valle de Lajas de norte a sur con impresionantes vistas de sus sabanas y sus cultivos, hasta llegar nuevamente a la PR 304. Giro a la derecha y llego directo al Poblado de La Parguera. Pero antes me vuelvo a subir a la izquierda por la Ave. Pedro Albizu Campos para esta vez disfrutar de un atardecer siempre inolvidable.

Temprano en la mañana me voy a desayunar a la panadería y colmado muy cerca del puerto de La Parguera para iniciar la aventura de hacer un recorrido general en bote por toda la costa, incluyendo la opción de navegar por los canales de La Parguera, una experiencia maravillosa que no me canso de repetir. Si tengo oportunidad, pido que me lleven a darme un chapuzón en el Cayo el Turrumote, o a Cayo Enrique, o Caracoles, donde existen piscinas naturales formadas y protegidas por una barrera de arrecifes de coral y manglares. De noche, el poblado se vuelve una fiesta de jóvenes por todas partes y se va de bar en bar. Hay muchos restaurantes para todos los gustos y bolsillos. La especialidad es pescado o mariscos.

Una experiencia nocturna muy particular de La Parguera es la visita en bote a la bahía bioluminiscente. Una bahía bordeada de manglares donde se concentran millones de organismos microscópicos que brillan con luz propia cuando el agua se agita. Nada se asemeja a esta asombrosa manifestación de la naturaleza de los mares tropicales. Quizás lo más parecido podría ser el cielo estrellado en noches sin luna sobre los campos y el Valle de Lajas.