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  ARTE Y CULTURA
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Explosión de alegría en el cartel de Jorge Sierra
Jorge Sierra por los adoquines del Viejo San Juan... también lleva a cuestas su fiesta. / Foto por: Suministrada por el artista

Cuando muchas convicciones se van extraviando, cuando se va perdiendo la capacidad de sostener los rituales con verdadera fe, la fiesta en la calle, con su carga humana incontenible, todavía invoca ese fondo salvaje, esa energía liberada, esa animalidad que encierra todo rito. Frente a la representación que no podemos sostener, el mundo de los hechos. Manchas de colores y un sin fin de gestos buscan el punto donde termina la noche, y en el camino, uno siente los latidos del corazón, la vibración de la piel y la ilusión que hace a la vida infinitamente interesante y colorida.

En esta oportunidad y de la mano del artista puertorriqueño Jorge Sierra, los cabezudos están presentes en el cartel oficial de las Fiestas de la Calle San Sebastián. Desde hace 25 años, los coordinadores de la celebración invitan a un artista plástico a plasmar su visión en una imagen. Este año, Sierra aceptó la propuesta y se puso manos a la obra con varios meses de antelación para tener preparados los carteles. Cada uno de ellos es una creación, trabajados de forma individual sobre manchas comunes. En cada uno de ellos, las mujeres y los hombres estallan en una alegría de vivir tal que parecen la vida misma prodigándose, expandiéndose, multiplicándose en infinitas posibilidades.

La obra de Sierra es La Fiesta, ésa de la que habla Nietzsche cuando describe esa exaltación que arrastra a la persona hasta quedar sumergida en un completo olvido de sí mismo. En su cartel, los colores se entrelazan, se fusionan, se delimitan, se retoman y se expanden con la desmesura que caracteriza todo arte que valga la pena.

Sobre un fondo de 12 colores en impresión Giclée, los 150 carteles adquieren su individualidad, sus características únicas. Abrazando a la salpicadura de color, dos límpidas zonas blancas. Y como si de una viñeta de cómic se tratase, la fiesta estalla en tonalidades y gestos, derramando toda la algarabía, el ruido, la música y los gritos que imponen su presencia vital. El pueblo entero está presente: vecinos, amigos, parientes; en la parte superior izquierda está Tufiño y en el centro, un gigante secciona la franja de color. En la calle no paran de diluviar colores y personajes: el que orina, la mujer, un elefante y un grupo de amigos. En otro extremo de la calle, una planta carnívora brota entre los colores que nacen y mueren mientras el arco iris de la vida vuelve a dibujarse en el vuelo de un pájaro.

Precipitarse por los rincones del cartel es descubrir cómo el artista dio vida a los personajes que festejan olvidados de sí y del resto del mundo. Cómo logra darles volumen y gesto con sus lápices de colores a los que saltan y bailan sobre las piedras de la calle San Sebastián. Cómo van goteando los violetas, verdes y azules para dejarnos encantar por la búsqueda, por la exploración que se sucede personaje a personaje. El artista inicia el recorrido con una paleta fría para luego expandir la luz de los rojos y naranjas plenos que irradian euforia a la fiesta. Golpes de luz que, como fósforos, se encienden en la oscuridad de un pasillo.

Las dos franjas blancas del cartel acotan el tiempo de la fiesta. En el blanco superior se adelanta San Sebastián como si se tratase de un viajante que lleva un mensaje secreto. Una forma que mantiene a ese que se mueve en el tiempo, por un instante, quieto, inmóvil sobre una flecha. Un San Sebastián que, según su creador, también participa del festejo volando sobre una flecha, con un taparrabos de tela y dispuesto a no perderse una buena ocasión para divertirse y, desde la altura, sentirse dueño de todas las posibilidades.

En el blanco inferior, y como si de un collage se tratase, los tres pregoneros se unen para compartir la alegría que nace de los corazones en fiesta. El Coronel, el Bobo y la Cerda ríen a carcajada suelta mientras sostienen un cartel de la fiesta.

Por Gabriel Chancel

Más en a edición #4 de alterNativo©

Palabras claves

• Fiestas de la Calle San Sebastián

• Cabezudos

• Rafael Tufiño