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Calle comercial principal en Río Piedras. / Foto por: Ricardo Alcaraz |
Vamos, diga qué busca. Lo que quiera. No hay nada que no haya en el tradicional, popular y muy boricua (y ahora también dominicano) paseo De Diego, ese que está en pleno corazón de Río Piedras y que día a día nos muestra uno de los rostros más típicos de este barrio capitalino.
Para llegar al Paseo, siempre lleno de vida, siempre bullante e inundado de gente que acude a comprar, es simple: puede abordar una guagua (autobús), el Tren Urbano o llegar en un taxi. Elija. No tiene más que mirar su bolsillo y ver para qué alternativa le alcanzan los chavitos.
¿Qué caracteriza al paseo De Diego? Sencillo: el comercio. Aquí hay de todo. Pero no lo tome como una exageración. De verdad. Aquí, en este efervescente paseo que va desde la calle William Jones hasta la avenida Ponce de León, está lo que necesite, aunque hay algunos rubros que son reyes: la joyería, la ropa de mujer, la venta en carritos y, en menor medida, zapaterías.
Pero veamos: si camina desde la calle William Jones hacia la avenida Ponce de León, verá muchas joyerías (más de una docena), tiendas de perfumes y relojes y locales donde se ofrece pintura de uñas con diseño, pero también algunos atractivos sitios para comer, como el café restaurante Ulises El Nacional, fundado en 1955 y donde puede compartir con los parroquianos y comer un menú puertorriqueño. Frente a Ulises está El Calderito Criollo, que también ofrece platos típicos, pero para aquellos que tienen menos tiempo para disfrutar de la cotidianidad del paseo.
En De Diego verá negocios que venden variados tipos de bultos y otros negocios que son cadenas conocidas para quienes no les sobra. Aquí, en este paseo, está Topeka, Pepe Ganga, Always 99 centavos, Me $alvé, Capri...
También hay locales de ropa para niños (Kids World, Bambi, KB Toys) y dos sucursales de bancos, por si se queda sin dinero. Mezclados con éstos puede ver las tiendas de zapatos, algunas de cadena, como Humberto Vidal y Payless Shoesource, que conviven con otras como La Gloria.
Pero hay algo que verá permanentemente a medida que camina: los carritos. Anote: carritos de frutas, hot dog, helados, papas asadas, cinturones, joyas de fantasía, accesorios para celulares, relojes y gafas. Todo como todo en el paseo, a menos precio, que es lo que busca quien se acerca a este sector de la ciudad.
Y entonces, a medida que su mirada comienza a acostumbrarse a olores, colores y sabores, empieza a percatarse de que en este paseo dominan las mujeres, que se ven por montones.
La razón es simple. Aquí hay ropa. Mucha ropa. Y usted las ve a ellas, muy concentradas, moviéndose de un lugar a otro, eligiendo, probándose, quejándose, adulándose y, finalmente poniéndose esa prenda que, al menos en ese momento, la hace ver el mundo de otra forma.
Seguro que se topará con ellas. Las va a ver salir de Rebekka, de La Elegante o de Latina, nombres que muestran que este paseo no es De Diego, sino de las mujeres.