Carlos Carreo y Rosemarie Vázquez
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Capilla de los pescadores en la playa de Barrero. / Foto por: Rosemarie Vázquez |
8:00 am
El Mirador de Añasco
Punto más céntrico de encuentro para empezar la aventura. Con ansias de saborear una empanadilla de mariscos, transitamos de sur a norte las antiguas curvas en la PR 115 hacia Rincón; pasamos cerca de El Coche, Brumas y Kaplash, entre otros restaurantes que, aunque geográficamente pertenecen a Añasco, con frecuencia la gente los ubica en Rincón. La suerte nos falló. No contamos con que a esta hora los negocios están cerrados. Aun con la barriga vacía, nos desviamos a la izquierda, en la PR 429 que conduce a Barrero.
8:15 am
En la Playa Barrero
Doblamos a mano izquierda. En la primera bocacalle, bajamos y conectamos con la antigua vía del tren. Nos detuvimos en El Miramar, mejor conocido como el negocio de Valentín, en búsqueda de gigote: un plato de tiburón desmenuzado. La suerte nos acompañó porque no siempre está abierto; abren a su conveniencia.
La próxima parada en la carretera entre Barrero y el mar, es en la Capilla de los Pescadores y la Pescadería. Nos estacionamos en la orilla de la carretera y bajamos por las pequeñas escaleras. A pesar de que se hallaba cerrada, vimos, a través de las ventanas la figura de la Virgen del Carmen en una yola. Si fuera mediados del mes de julio, podríamos ver a los pescadores paseando a la Virgen por el mar, en una tradición que le rinde tributo a su patrona, en señal de agradecimiento por la protección que les brinda al echarse al mar.
8:25 am
Cafetín El Oasis
Al salir, nos percatamos de un señor que aguantaba algo parecido a una manta amarrada de un árbol al lado de el Cafetín El Oasis. ¿Qué estará haciendo? Nos acercamos a averiguar. Don Lico tejía una tarraya. Confundidos ante la novedad, cuestionamos su faena. Sin sorprenderse por la falta de conocimiento, nos aclara que es un instrumento de pesca que ya casi no se usa. Sacudidos con la noción de técnicas artesanales en peligro de extinción, aprovechamos la cercanía del cafetín para tomarnos un güisqui (whisky) con agua de coco. Si ve a Don Lico, tal vez pueda comprarle una pieza de lujo, una tarraya, que de lo hermosas que son, sirven para adornar.
9:00 am
Bote de Millán
Subimos la cuesta desde Barrero para conectar nuevamente con la PR 429, en la bifurcación a la izquierda. Pasando la pared de condominios, que imposibilita la vista al océano, entramos por la izquierda al acceso a la playa Los Almendros. Una vez frente al mar, observamos a distancia el Bote de Millán, vigía silente del paisaje costero y testigo mudo de varias escenas románticas. En sus entrañas se encuentra una placa que conmemora el desembarco de Cristóbal Colón en la Isla, teoría que avaló el historiador puertorriqueño Don Aurelio Tió.
9:15 am
Monte adentro
Atravesando un túnel de mangós, jobillos y almendros -entre otros árboles- dejamos atrás la PR 115 para transitar por la PR 411, ruta conducente al Barrio Atalaya. El dosel de bambúes, a la altura de la carretera, asegura que estamos monte arriba. La vegetación nos revela un ambiente más húmedo y diferente al de la costa. Inhalando aire puro disfrutamos de la otra cara de Rincón. Pasamos a nuestra diestra frente al letrero de la comunidad Campo Alegre, donde se encuentra la cascada el Último Brinco (http://seagrantpr.org/marejada/slideshow/turismo-rincon-mira-hacia-adentro/).
Entre curvas y casas vecinales nos aproximamos a una pequeña cascada alimentada por las escorrentías que fluyen de la Quebrada Grande. Nos estacionamos en la orilla de la carretera, donde único es posible. Sentados apreciamos la caída de agua hasta embriagarnos de tranquilidad.
9:45 am
Escenas desde la montaña (paisaje montuno)
Serenos continuamos por la carretera pasando por Snow Bakery. El nombre es un juego de palabras del apellido de las familias Nieves, que viven en este sector. Frenamos de cantazo, al percatarnos de la vista panorámica frente a la panadería, donde el verdor de las colinas contrasta con el azul del mar y la Isla de Desecheo en el canal de la Mona completa el paisaje.
10:00 am
Entre dos paisajes
En la intersección PR 412 viramos a la izquierda, deteniéndonos en el Mirador Colombani. Desde este punto, el paisaje escénico es impresionante. Mirando hacia el norte se ve la Bahía de Aguada y Punta Borinquen en Aguadilla. Hacia el otro lado se ve el Pico Vigía, el punto más alto y cercano a la costa, que completa la cadena de montañas San Francisco (sistema de montañas más próximo a la costa oeste de la Isla). Seguimos monte abajo, dejando atrás el sector La Pirámide. Un detalle que no se nos escapa a través del recorrido es la gran cantidad de arbustos de gandules a la orilla de la carretera (un grano usado como el ingrediente distintivo del plato de arroz más popular de las navidades boricuas). Aquéllos que dicen que los puertorriqueños ya no siembran, deben transitar por aquí para que vean todas las talas y huertos de cultivo. En estos montes, el ornato se torna en comida.
10:45 am
Área del pueblo
Continuamos el descenso hasta llegar al centro urbano. La plaza pública de Rincón, Alfredo Rafucci, rodeada de vida urbana, yace en el medio. Por un lado está la Iglesia Católica y, por otro, la Casa Alcaldía. La Iglesia Presbiteriana se encuentra a un lado y la encierran negocios locales, que venden ropa estilo étnica y surfer, comida y souvenirs. La Iglesia Católica alcanzó notoriedad a mediados de los noventa, cuando varios feligreses alegaron ver a la Virgen llorando. Aunque muchos aseguran que todavía llora, este evento hoy día se ha reducido a un dato curioso. En torno al centro urbano del pueblo de Rincón se encuentran varios lugares de interés para locales y visitantes por igual, entre ellos:
• La Cambija
• Balneario o playa pública de Rincón
• Skatepark para los amantes del skateboard y los patines
• Centro Cultural (antiguo matadero)
12:00 m
Buen provecho
La diversidad cultural trae una gama gastronómica que va desde comida criolla, italiana, ofertas vegetarianas y mariscos, entre otros. Nos decidimos por unas quesadillas mexicanas, así que visitamos a nuestro amigo Arturo en el Club Náutico de Rincón. Para llegar tomamos la PR 413, luego a la izquierda en una estrecha carretera perpendicular al mar, hasta llegar a este local.
1:00 pm
Contacto Marino
Saliendo nuevamente a la PR 413 a la izquierda, continuamos el recorrido hacia la Reserva Marina Tres Palmas (RMTP), en la playa Escalera. Como no tiene letrero que lo indique, hay que fijarse en las entradas de los caminos que apuntan en dirección al mar. El que estamos buscando no tiene casas o construcciones a sus lados, sólo árboles en sus orillas y terrenos de pasto en ambos lados. El nombre de esta playa no proviene de las escalera de cemento en su orilla, como muchos piensan. La playa que durante mucho tiempo era denominada como la playa de Ensenada, con la llegada de los estadounidenses comenzó a conocerse por el fondo marino como Step’s. Aquí aprovechamos para ‘snorklear’ y disfrutar de la diversidad marina que se encuentra en el lugar. Su designación como reserva marina lo motivó, entre otros atributos naturales, la existencia de un arrecife de corales de cuerno de alce considerado uno de los más saludables del Caribe
2:00 pm
Del faro al Domo
Luego de sacudirnos el agua y la arena retomamos nuevamente a la izquierda, a la mítica PR 413, para dirigirnos al Faro de Rincón. Los primeros meses del año se pueden observar las ballenas jorobadas, las que aprovechan las aguas cálidas de esta costa para aparearse. De camino, nos paramos a ver los trabajos en madera que exhibía Ike Ventura, artesano que se encontraba en la esquina entre el parque y la playa María’s. Caminando por el Faro ya nos anticipamos a ver los surfistas a lo lejos, pero es la isla Desecheo la que cautiva el horizonte. El Faro está atestado de visitantes, al bajar las escaleras estamos con suerte que el Pi-yo aprovecha la muchedumbre para vender helado de coco que él mismo confecciona a 50¢ el vaso. Después nos dirigimos hacia la antigua Planta Nuclear Bonus -conocida popularmente como el Domo o Domes- para observar los surfistas que surcaban las olas y pincelaban el mar con sus movimientos y hazañas en este deporte.
3:00 pm
Ruta surfista
El Domo nos abrió el interés por continuar playa por playa viendo el ambiente. A lo mejor ya estábamos contagiados por el ímpetu surfista, nómadas de playas, que saltan de una a la otra en búsqueda de olas. La PR 413 interior en dirección norte nos pasea por la costa. El salitre penetra nuestro olfato, el batir de las olas se escucha, el viento golpea, pero la playa se ve intermitentemente, por lo que nos estacionamos en el Beside the Point Tamboo Carvern para tomar algunos refrigerios frente al litoral. Cerveza en mano, observamos la escena que se fraguaba en toda esa costa: surfistas en sus malabares, caminatas de contemplación costera, niños y niñas animando la arena, chicas y chicos dorándose, Josué vendiendo sus collares y varias pláticas llenas de risas que anuncian buenos tiempos.
4:00 pm
Lechoneando
Las olas despiertan el hambre y en demanda de comida criolla, nos dirigimos lejos del Barrio Puntas hacia el de Río Grande. Salimos de la PR 413 atravesando la PR 115, hasta desviarnos a la derecha en la PR 441. De camino, gozamos del paisaje rupestre de lomas que alimentan a los rumiantes que se encuentran en el área. Intersectamos la PR 414 hacia la izquierda para llegar al Pequeño Guavate. Allí, el lechón asado, la yuca al ajillo, la batata asada, el mofongo con caldo y la carne frita, entre otras alternativas, deleitan el paladar. Barrigas llenas-corazón contento nos despedimos de Rincón, dichosos de presenciar tanta diversidad en un pueblo tan pequeño. De la costa a la montaña y de la montaña a la costa, terminamos fusionando dos paisajes: un monte que cobija el vaivén del mar.
Por Carlos Carrero
Más en la edición #7 de alterNativo©.