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Un rincón social del surfing
Playa de Domes en Rincón, una de las mejores para practicar el deporte del surfing. / Foto por: Efra Figueroa
Playa de Domes en Rincón, una de las mejores para practicar el deporte del surfing. / Foto por: Efra Figueroa

El año 1968 fue uno de luchas, guerras y revueltas a nivel mundial. La guerra de Vietnam, las huelgas universitarias en Francia, México, España, Río Piedras, son sólo algunos ejemplos de cuan activo estuvo el mundo.

En la música cantaban los Beatles, The Rolling Stones y Black Sabath. Luchas raciales, el movimiento hippie y las Olimpiadas en México también marcaron la época. En la política, Martin Luther King y Richard Nixon en Estados Unidos, Luis A. Ferré y Roberto Sánchez Vilella en Puerto Rico eran protagonistas destacados en ese momento. También fue declarado Año Internacional de los Derechos Humanos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Mientras ocurrían tantas cosas en el mundo, muy al oeste de Puerto Rico un pueblito se posicionaba en los ojos del mundo con las cuartas competencias mundiales de surfing. Éstas fueron las primeras competencias de ese deporte celebradas en Puerto Rico. Sin duda, el surfing ha tenido un impacto social, cultural, económico y turístico en Rincón. Tan es así que hoy se le reconoce como la “Capital del Surfing” en Puerto Rico.

La influencia del deporte de olas ha marcado la vida cotidiana del pueblo y sus habitantes. En Rincón todo gira en torno al surfing. Sólo hay que dar una vuelta por el pueblo para ver cuan real es esto, desde murales de olas y surfistas hasta establecimientos de comida rápida decorados con temas de surfing. Las famosas calcomanías de “Rincón 413” aluden al número de la carretera donde se encuentran las playas de surfing. Especialistas internacionales como Warshaw, Kampion, Towery & Pruett, coinciden en reconocer las playas de este pueblo entre las mejores para la práctica del surfing.

Comprender ese mundo de las olas es algo complicado para quienes no somos surfers. Allí estábamos en la orilla de la playa, observando cómo los danzantes del mar se organizaban en turnos para correr la siguiente ola. Y fue así como decidimos zambullirnos en el tema.

Surfing, playas y sociedad

En el intento de mirar a Rincón con ojos científicos (cosa que nunca logramos), varias cosas saltaban a nuestra vista que marcaban la relación y el impacto del surfing en el pueblo.

La forma de vestir es un ejemplo; aquí los pantalones cortos, trajes de baño o camisetas con fotos de grandes olas, pululan por todos lados. También se evidencia el “sancocho cultural” que hay en Rincón. En un establecimiento de café con pinturas de indios en las paredes, extranjeros estadounidenses tomaban café con mallorcas, y a su lado estaban chicas boricuas de piel bronceada ataviadas con trajes coloridos cubriendo sus trajes de baño y chicos en pantalones cortos, con camisetas de marcas de surfing y una gorra con el logo de la 413. Todo esto enmarcado por el ambiente de la música celta que tocaba un matrimonio compuesto de una “boricua extranjera” y un “extranjero local”.

El idioma y la forma de hablar es uno de los signos que definen el pueblo. Aquí se habla una mezcla de idiomas entre el inglés y el español, ¿spanglish? Es muy cotidiano ver un extranjero hablando inglés y un local respondiéndole en español. Un ejemplo es cuando un extranjero pregunta por un menú que tiene viandas “sancochás”, sancocho, ropa vieja, arroz con pegao y de postres arroz con dulce, tres leches y dulce de lechoza. Es entonces cuando le tratan de explicar en “inglés boricua”, y terminan explicándole en español.

Locales y “outsiders”

Una noche normal en uno de los principales lugares de Rincón casi se puede distinguir una línea que divide a los locales de los extranjeros. Pero, ¿quienes son los locales? Al entrevistar a varios de los surfistas locales de Rincón, las respuestas fueron diversas y en ocasiones contradictorias. Casi siempre la respuesta rápida giraba en torno a “los de afuera”. Pero nuestra curiosidad iba más allá y le preguntábamos sobre extranjeros que llevan viviendo en el pueblo más de 20 ó 30 años; entonces las respuestas eran diferentes. La respuesta general fue que depende porque algunos se han ganado el respeto del local, pero otros no.

¿Y cómo se obtiene ese respeto? Algo en lo que coincidieron todos los entrevistados es que se gana respetando al local. Nos decían que muchos extranjeros llegan y quieren robarle el turno de las olas; no reconocen la importancia del local. De hecho, Jim Kempton menciona que una de las reglas de etiqueta del surfing es reconocer la vibra local (2008).

Seguíamos preguntando y continuaban saliendo a relucir nuevos elementos importantes, como la seguridad, ser humildes en el agua y la amabilidad, entre otros. En fin, el mundo del surfing es más complejo de lo que pensábamos.

Economía local

Muchos han hecho del surfing su estilo de vida. Uno de los entrevistados nos decía que él no se imaginaba viviendo lejos del mar. Nos contaba que en temporada de surfing se levanta bien temprano para ir a surfear un par de horas y luego se marcha para ir a trabajar. Eso requiere de una gran disciplina, ya que el joven es ingeniero mecánico de aviación y entra a trabajar a las 8:00 am.

Otros nos contaban que han desarrollado negocios relacionados con el mar para estar cerca de las olas. Escuelas y tiendas de surfing, alquiler de tablas, guías de buceo, restaurantes y barras frente al mar, son sólo algunos ejemplos de negocios relacionados a este deporte que tiene un gran impacto en la economía de Rincón. El turismo de este pueblo ha sido significativamente marcado por el surfing, las olas y el mar.

Construcción social de la costa

Rara vez la costa se percibe como un ecosistema lleno de vida en evolución. Usualmente se mira este espacio como un ente infinito, imperecedero, una sustancia que nos rodea. La vida en la costa, contrario a lo que se piensa comúnmente, se multiplica. En este escenario lo biológico se integra con lo social, creando así un paisaje. Por lo mismo, el litoral costero se ha convertido en un espacio público y dinámico, con múltiples formas de interacción. Esta interacción es digna de estudio. La transfiguración de la costa, a raíz del turismo en Rincón, ha motivado a que muchos científicos sociales observen a los usuarios y las actividades que realizan para incluir lo social en el manejo sostenible del recurso.

La llegada del surfing a Rincón

A finales de los años 50, este pueblo se convirtió en la meca de este deporte. Este reconocimiento trajo consigo una ola de extranjeros, mayormente estadounidenses, quienes enamorados del trópico y de sus marejadas se establecieron allí.

Manuel Valdés Pizzini es quien mejor explica esta nueva configuración social en Memorias de la costa: los cronotopos del litoral puertorriqueño: “Más que en cualquier otro sitio del país (y hay otros ejemplos como Fajardo, Culebra y Vieques), los norteamericanos se han apropiado de Rincón y lo han hecho su cronotopo” (2009). El concepto cronotopo, tomado del literato ruso Mijail Bajtin, en este caso denota cómo el paisaje, en un tiempo y un espacio específico, se ha transformado: sus usos, sus significados, su gente y sus nombres. Durante este proceso de intercambio cultural y desplazamiento social, se ha creado una división social entre los locales y los extranjeros. Todo ello vinculado, por supuesto, al surfing y al turismo.

Las playas

La playa no se exime de esta tendencia; es una réplica. Allí coexisten dos perfiles de usuarios segregados por región geográfica y temporada. Por un lado, se encuentra la costa al norte de Rincón, excelente para practicar el deporte del surfing durante la temporada invernal de diciembre a finales de marzo. Sus vientos, fuerte oleaje, profundidad y arrecifes nutren el deporte de las olas. En ella sobresalen visitantes que son, en su mayoría, jóvenes adultos entre los 19 a 30 años, de procedencia extranjera y cuyas actividades recreativas giran alrededor del surfing. Por otro lado, en el verano (junio y julio), los jóvenes adultos puertorriqueños rondan las playas de la costa sur de Rincón, desde Barrero al balneario público de este municipio, para darse un chapuzón, entretenerse jugando, correr jet ski, kayakear o simplemente caminar.

Por Carlos Carrero

Más información en la edición #7 de alterNativo©. 

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