Las montañas del centro de Puerto Rico atraviesa la Isla de este a oeste. / Foto por: Ricardo Alcaraz

Aibonito, Barranquitas y Orocovis, se ubican en el centro exacto de la isla grande del archipiélago de Puerto Rico. Estos tres pueblos tienen en común una de las mejores oportunidades para el viajero y la viajera con interés en experimentar los rasgos más sobresalientes de la diversidad del paisaje natural, cultural y urbano que caracteriza el interior montañoso de la cordillera central, esa que atraviesa la Isla de este a oeste.

No es casual que nuestra principal ruta panorámica nacional oficial incluya a estos tres pueblos en su recorrido. Cuando se conceptualizó y finalmente delineó el curso que seguiría esta ruta para atravesar la Isla de un extremo a otro, se tuvo como referencia los más extraordinarios atributos y lugares de interés escénico, histórico, cultural, arqueológico, ecoturístico y recreativo. Las tierras de estos pueblos, que cuelgan de la cordillera central tienen un origen común: la roca volcánica. La roca líquida que brotó del fondo del mar hace más de 100 millones de años fue acumulando volumen hasta formar la base o fundamentos de nuestra Isla.

El clima en los tres pueblos es de los más frescos del país, incluso en Aibonito se registró la temperatura la más fría en la historia del termómetro en Puerto Rico. Las actividades agrícolas dominaron y aún dominan el paisaje en esta región. Además, hay extensas zonas de bosque en las que una vez se cultivó café bajo sombra.

Aibonito y Barranquitas mantienen una fuerte actividad de viveros y ranchos de cultivo de plantas ornamentales y crianza de pollos que ya forman parte del paisaje común de su campiña. Sus pueblos son en extremo acogedores y pintorescos, de esos que dan ganas de caminar para toparse con sus habitantes habituales. Históricamente, han sido lugares de interés turístico y recreativo para los y las puertorriqueñas por su clima, sus paisajes, sus fiestas y celebraciones de rico contenido cultural y sus lugares para comer, beber o contemplar el entorno. Fue en Barranquitas donde se estableció uno de los primeros hoteles en Puerto Rico, muy temprano en el siglo 20, motivado por el interés local y no por la demanda de turismo exterior. Aunque ese hotel ya no existe, hay otras alternativas.

El automóvil y las mejoras a las vías de transportación facilitan hoy recorrer esta región en un día. Todos los fines de semana, puertorriqueños y puertorriqueñas emprenden su peregrinación turística a uno o varios de estos pueblos utilizando en muchos casos como hilo conductor la ruta panorámica, comenzando en Orocovis o en Aibonito, con la misión de disfrutar de los más auténticos placeres naturales y culturales del área. En otras palabras, no tendría sentido para alterNativo@ compartir esta región como opción si no fuera porque estos pueblos, en su conjunto o cada cual por sus propios méritos, son una extraordinaria oportunidad para descubrir o encontrarse con uno de los mejores ejemplos de la sociedad, la cultura y la naturaleza que caracteriza el interior de la montaña boricua.

Por Fernando Silva

Más en la edición#5 de alterNativo©.

Palabras claves

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